En relación al buen recibimiento que disteis al post sobre el desmontando mitos de la semana de Prehistoria, hemos decidido elaborar el presente artículo de ampliación sobre el tema. Pese a que el androcentrismo prehistórico estableció el término evolución del hombre; o la división sexual del trabajo con el hombre cazador como principal sujeto, recientes estudios etnográficos demuestran que en algunas sociedades las mujeres en la prehistoria sí participaban de la caza (Lillo Bernabeu, 2014). A decir verdad, esto supone una ruptura parcial del paradigma sobre la asignación de los roles de género.
Un reciente hallazgo sobre el altiplano andino de Perú, basado en los restos óseos de una mujer y su particular sepulcro, nos permite poder cuestionar abiertamente los binomios hombre-cazador y mujer-recolectora que fueron asumidos como ciertos por parte de la comunidad científica. El cuerpo tiene una datación de 9.000 años, en pleno Holoceno temprano, y es conocido como Wilamaya Pajtxa en base a su ubicación arqueológica (yacimiento). El análisis osteológico, promeótico e isotópico señala que tenía entre 17 y 19 años en el momento de su muerte, así como una dieta mixta basada en el consumo de animales y vegetales.
Por otro lado, dicha mujer fue enterrada con todas las herramientas características de la caza: puntas de proyectiles fabricadas en piedra que servían para abatir animales de gran tamaño, un cuchillo, hojuelas para despojar los órganos internos de la presa y raspadores para curtir pieles de animales (Rizo Gutiérrez, 2021) (figura 1).

Múltiples estudios avalan el hecho de que las construcciones de género, por norma general, no reflejan las existentes en el pasado. El estudio de las prácticas culturales y los comportamientos sociales de las sociedades (etnografía) nos permite aproximarnos al papel que tuvieron unos y otras, cuya lectura resulta de lo más confusa. A parte del ejemplo citado, el descubrimiento de una guerrera vikinga sería otro buen ejemplo de ruptura con los cánones preestablecidos sobre dichos roles de género en el pasado. Tanto las observaciones arqueológicas, como los estudios referidos a la caza de grandes presas en las sociedades prehistóricas de América defienden la misma idea: que las mujeres en la prehistoria participaban proactiva e igualitariamente que los hombres en tareas similares (Haas et al., 2020) (figura 2).

En concordancia con lo anterior, parece ser que en América sí hubo cierta igualdad en dicha práctica, mientras que en el caso de Europa u otros focos los indicios no son tan claros. En cambio, cabe destacar algunas ideas extraídas de la Tesis de Lillo Bernabeu. En primer lugar, a través de las representaciones en el arte levantino, se podría determinar el papel de una “cazadora levantina”, la cual participaría activamente en esta práctica. Podría ser que muchas mujeres ayudaran a transportar pieles o piezas de carne de los animales cazados (Lillo Bernabeu, 2014). ¿Eran simples acompañantes del hombre o tendrían una participación activa? (figura 3). Ojalá tener pruebas tan claras y contundentes como las del continente americano, pero lo que sí es cierto, es que todavía quedan muchas incógnitas por resolver sobre este tema, y las pruebas que tenemos, así nos lo confirman al menos.

de Centelles (Albocàsser). Recuperada de:
https://www.turismodecastellon.com/es/que-hacer/cultura/patrimonios-humanidad/show/137011/625100
En conclusión, la prehistoria es un mundo lleno de preguntas sin respuesta, en el cual las cosas que solemos conocer, pueden cambiar en cualquier momento. Gracias a nuevos estudios y hallazgos, así como a la interdisciplinariedad de las distintas ramas de la ciencia: antropología, arqueología, historia, etc., podremos dotar de cierto sentido los discursos y seguir respondiendo a todas las incógnitas que se nos plantean. ¿Por qué tenemos que asumir unos roles tan marcados dentro de las sociedades cazadoras-recolectoras o neolíticas?; o mejor aún, ¿por qué no podemos pensar que los hombres también desempeñaron funciones como el cuidado de los niños o del hogar? Por ahora, toca seguir trabajando en la búsqueda de respuestas.
Referencias bibliográficas
-HAAS, R. et al. (2020) “Female hunters of the early Americas”. Science Advances, 6, pp. 1-10
-LILLO BERNABEU, M. (2014). La imagen de la mujer en el arte prehistórico del arco mediterráneo de la Península Ibérica, Tesis doctoral. Universidad de Alicante.
-RIZO GUTIÉRREZ, D.N. (2021). “Crisis del pasado: mujeres cazadoras de la prehistoria al acecho”. Cienciorama, 1, pp.1-9.
Pablo García Canto
Es interesante descubrir este tipo de cosas acerca de la prehistoria, ya que lo que nos muestra es que las ideas preestablecidas y que consideramos como ciertas, pueden ser erróneas únicamente porque es lo que “siempre ha sido lo lógico ”. Como bien citáis en el artículo, al igual que habían mujeres cazadoras, quizás también habían hombres que se quedaran con los niños; no se puede presuponer nada, y ojalá tener más pruebas para saber a ciencia cierta cómo era la vida en tiempos pasados.
Primero de todo te agradecemos enormemente tu paso por la web y por comentar en ella. Desde luego, lo que comentas es interesante y totalmente cierto, al final la Historia, a pesar de que fue como fue, solo se puede estudiar con trozos del pasado, ya sea con fuentes escritas o con restos arqueológicos. En el caso de la prehistoria es todavía más complicado porque las fuentes escritas no existen y tienes que interpretar miles de años solamente por el registro material de los diferentes yacimientos. Aún así, es verdaderamente interesante la visión que nos ofrecen algunas nuevas corrientes historiográficas como la Historia y Género, porque precisamente nos hacen cuestionarnos lo que como dices “siempre ha sido lo lógico”. Esperemos que los siguientes avances y descubrimientos nos arrojen más luz sobre estos temas y podamos descubrir realmente como eran las sociedades prehistóricas. Te esperamos en los siguientes artículos!!